La suerte de no tener anunciantes te permite analizar crisis de comunicación como la de Volkswagen sin que te den toques desde arriba. Cuando estalló el escándalo, publiqué que a Volkswagen no la reviven ni con pinzas. Y cuando pasaron unos días y los directivos dieron la cara, confirmé mi triste impresión inicial: Si los abogados ganan a los comunicadores, Volkswagen desaparecerá. El escándalo fue noticia de portada pero los grandes medios no hicieron (ni harán) sangre sobre la raízLeer Más